martes, 30 de junio de 2009

CICLO DE CINE ALEMAN en Sala Lugones

En Página 12 de hoy, en la sección de espectáculos, se publicó una nota dando a conocer el ciclo de largometrajes de los principales realizadores alemandes surgidos en la última década, que podrán disfrutar desde hoy, hasta el miércoles 15 de julio, en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín.
Este ciclo, que a través de quince títulos cubre lo esencial de la Berliner Schule en un momento en el que ya comienzan a escucharse voces críticas sobre su futuro, reúne por primera vez en Buenos Aires aquellos films que se vieron en forma dispersa para confirmar por qué, en su conjunto, el joven cine alemán es el más consistente, orgánico y moderno que haya dado Europa en el nuevo siglo.
El ciclo se abre hoy con La seguridad interior (2000), de Christian Petzold, retrato de un matrimonio, en otros tiempos militantes de la escena terrorista, que vive clandestinamente desde hace años con su hija adolescente. Uno de los films esenciales en el despertar de la Berliner Schule. Mañana va Viaje de egresados (2002), ópera prima de Henner Winckler, cáustica visión sobre una excursión de estudiantes alemanes a Polonia. El viernes se verá Bungalow, de Ulrich Köhler: hay un inconformismo, un sentimiento de insatisfacción en el protagonista que no tiene, sin embargo, necesidad de expresarse de una manera intempestiva o iracunda. Por el contrario, se diría que la rebelión de Paul, un muchacho de veinte años, se manifiesta menos por lo que hace que por lo que no hace.
El sábado 4 está previsto un doble programa, dedicado al realizador Christian Petzold: primero se proyectará Yella (2007), que describe con los procedimientos de un film de terror las prácticas del capitalismo moderno, y luego va Jerichow (2008), una brillante relectura de El cartero llama dos veces para explorar los círculos viciosos y concéntricos de humillación y explotación. El domingo también hay programa doble: Anhelo (2006), de Valeska Grisebach, “una película madura, inteligente, un gran ejemplo de cómo el cine puede ser conmovedor, excitante e intelectualmente estimulante, todo ello al mismo tiempo” (según el crítico español Manuel Yáñez Murillo), y El bosque lácteo (2003), de Christoph Hochhäusler, una versión del célebre cuento de los hermanos Grimm Hansel y Gretel en clave contemporánea.
El lunes 6 el ciclo continúa con Espía durmiente (2005), de Benjamin Heisenberg; el martes 7 con Pingpong (2006), de Matthias Luthardt, y el miércoles 8 con Marsella (2004), de Angela Schanelec, que afirma: “Todas mis películas tratan la idea de que una gran parte de la vida es inexplicable”. El viernes 10 se proyecta el film más reciente de Schanelec, Atardecer (2007), inspirado libremente en La gaviota, de Chéjov; el sábado 11 repiten Anhelo y El bosque lácteo, y el domingo 12 se verán Fantasmas (2005), de Christian Petzold –“la película trata de la vida en una burbuja y del intento de entrar en contacto con aquello que llamamos realidad”, dice el director–, y Todos los demás (2009), de Maren Ade, flamante Oso de Plata, Gran Premio del Jurado en la Berlinale de febrero pasado. La muestra concluye el martes 14 con Lucy (2006), segundo largometraje de Henner Winkler y una suerte de continuación de su promisoria ópera prima Viaje de egresados, y el miércoles 15 con Vacaciones (2007), de Thomas Arslan.

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